París, Francia – Tras la sesión plenaria de conclusión de la primera semana de la Cumbre Climática de las Naciones Unidas aquí en París, nos preparamos para afrontar una ardua segunda semana de discusiones alrededor de los diferentes temas que abarca el texto del futuro acuerdo. Se agota el tiempo para lograr un acuerdo global ambicioso que marque el camino que tomará el mundo para evitar que la temperatura supere los dos grados centígrados. El nuevo texto borrador, que cuenta con 48 páginas y al que se llegó luego del trabajo de la toda la primera semana del grupo de tareas ADP, ya está listo. Nos preparamos para afrontar una ardua segunda y última semana de negociaciones. La tensión ya se empieza a sentir y aumentan las expectativas sobre los avances o retrocesos que habrá en los temas más críticos rumbo al texto definitivo del acuerdo global que se espera alcanzar al final de la COP21. El texto borrador conserva el mecanismo de daños y pérdidas que establece pautas para que las poblaciones más vulnerables puedan ser compensadas frente a las consecuencias del cambio climático. Esto significa que existe voluntad de las Partes para que los más vulnerables puedan recuperarse, aunque todavía no se ha definido la metodología de aplicación que tendrá este mecanismo. Asimismo y aunque tampoco hay definiciones aún, se mantienen en el texto los objetivos de largo plazo, que refieren a las estrategias a aplicar tanto en adaptación como en mitigación. Otro aspecto fundamental es la meta de reducción de emisiones. El nuevo borrador del futuro acuerdo indica que aún existe oportunidad para que los esfuerzos de los países se enfoquen en mantener la temperatura del planeta por debajo de 1.5°C. Muchas naciones insisten en este aspecto, ya que es crucial para ellos que se llegue a un acuerdo que preserve su existencia. Por otra parte, los derechos humanos son un tema clave de discusión entre las Partes, porque existe la posibilidad de que el acuerdo incluya un enfoque en esta materia. Sin embargo, varios países desarrollados no están de acuerdo. También las llamadas responsabilidades comunes pero diferenciadas no encuentran consenso entre los países. Algunos empujan para mover la barrera que divide las naciones desarrolladas de las que están vías en desarrollo, por eso no está claro que pasará. Este aspecto se refiere a que todos los países son responsables del cambio climático pero no de igual manera. Por último, la sección del texto que abarca al financiamiento casi no ha cambiado y mantiene sus interrogantes ¿Quién financiará? ¿Para qué? ¿Cómo se sostendrá en el tiempo? Es fundamental definir el financiamiento necesario para una transformación mundial baja en carbono y con resiliencia climática. Es importante destacar que en paralelo a estos puntos clave de discusión del texto, también se estarán decidiendo los términos legales en que será escrito el documento, es decir, las exactas palabras que describirán lo que será el acuerdo más esperado e importante en política climática internacional. De manera que todavía hay muchas cosas que necesitan definición. Hay naciones que no quieren comprometerse a cumplir con ciertos objetivos o incluir temas en el documento a los cuales no están dispuestos a destinar esfuerzos. En este contexto, resuenan las palabras de Kumi Naidoo, Director Ejecutivo Internacional de Greenpeace, que en conversacion con Espacio Natural sostuvo: "Todo este asunto del cambio climático se trata fundamentalmente de proteger a nuestros hijos y el futuro de nuestros hijos. La situación es urgente”. TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR » |